martes, 18 de octubre de 2011





Música para camaleones

Truman Capote
"Música para camaleones", un libro que Truman Capote presenta como una obra de literatura documental, bucea con implacable lucidez en la poesía y el horror de la vida; es el espléndido resultado de una necesidad de comunicación directa entre lector y materia narrativa, que Truman Capote buscó febrilmente para conseguir una escritura «sencilla y límpida como un arroyo de montaña». Una prosa en la que pudiera mantenerse al margen del tema tratado, sin influir con su estilo, juicios y opiniones. En palabras suyas: hacer del lector un observador o, mejor aún, el testigo de una experiencia verdadera que, contada bajo tal óptica, resultará mucho más subyugante que si el autor la interpretase al modo clásico. El libro está dividido en tres partes. En primer lugar, seis breves piezas iniciales de magistral concepción y ejecución. Luego, una novela corta,"Ataúdes tallados a mano", lleva a sus últimas consecuencias el enfoque testimonial de "A sangre fría" y relata la espeluznante historia de Quinn, un psicópata solipsista que se dedica a asesinar macabramente a los jurados que en un juicio han votado en su contra. Finalmente, siete Conversaciones y retratos, entre los cuales destacan el magistral texto en el que Capote acompaña a una asistenta en «un día de trabajo» limpiando domicilios, la estremecedora entrevista a un maníaco asesino recluido en San Quintín, la agridulce y famosa semblanza de Marilyn Monroe y, desde luego, el desgarrador autorretrato del autor y su imaginario gemelo, en el que afirmó: «Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.»

La doble realidad (La doppia ora) - 27 oct




Ficha técnica
Género Crimen, Drama, Misterio, Romance, Thriller
Duración 95 minutos.
Año de producción 2010
Director Giuseppe Capotondi
Protagonistas Kseniya Rappoport,
Antonia Truppo, Filippo Timi.
Guionista Giuseppe Capotondi.
País  Italia 

Sinopsis
Sonia es una emigrante en Italia de origen esloveno que limpia habitaciones en un hotel de Turín, y que acude a un lugar de citas rápidas para encontrar pareja. Allí conocerá a Guido, un ex policía convertido ahora en guardia de seguridad de una mansión de lujo en medio del campo.

Una familia muy normal (Mine vaganti)-26 oct



Mine Vaganti

Director: Ferzan Ozpetek 
País: Italia, 2010 
Idioma: Italiano
Guionistas Ferzan Ozpetek / Ivan Cotroneo
Fotografía: Maurizio Calvesi
Edición: Patrizio Marone
Música: Pasquale Catalano   
Tipo de sonido Dolby digital
Género y duración: Comedia, 110 minutos

Reparto
Riccardo Scamarcio……………………. Tommaso Cantone
Nicole Grimaudo ………………………………….. Alba Brunetti
Alessandro Preziosi ………………………. Antonio Cantone
Lunetta Savino ……………………………… Stefania Cantone
Ennio Fantastichi …………………………. Vincenzo Cantone
Ilaria Occhini………………………………………….... La nonna

Sinopsis:
Los Cantone son una típica familia italiana tradicionalista. Cuando Tomasso, el hijo menor, regresa de Roma dispuesto a confesar que es homosexual, su hermano mayor se adelanta a dar la misma noticia a su familia. El drama no se hace esperar, por lo que Tomasso ahora tendrá que guardarse el secreto más grande de su vida, ya que su padre lo considera el único hombre digno de su confianza luego de la “deshonra” de su hermano. Todo se pone de cabeza cuando la pareja y todos los amigos homosexuales de Tomasso, deciden ir a visitarlo a la casa de los Cantone.


Pedro (Pietro) - 25 octubre




Pietro
Dirección y Guión: Daniele Gaglianone
País: Italia
Año : 2010
Fotografía en color: Gherardo Gossi
Música: Evandro Fomasier y Walter Magri
Edición: Enrico Giovannone
Con: Pietro Casella, Francesco Lattarulo, Fabrizio Nicastro, 
Giussepe Mattia, Diego Canteri, Carlotta Saletti
Producción: Gianluca Arcopinto, Enrico Giovannone,
 Andrea Parena y Emanuele Nespeca
Duración: 82 min.

Pedro se gana la vida repartiendo folletos en las calles. Vive en un deteriorado apartamento, herencia de su padre a las afueras de la ciudad de Roma, junto con su hermano Niki, un drogadicto perteneciente a una pandilla de traficantes. Condenado a jugar el papel de bufón entre los malvivientes. Pedro vislumbra sin embargo una luz al final de la oscuridad de su existencia cuando conoce a una mujer que podría cambiar su vida. Una historia de amor y redención en medio de una violencia urbana.

Nosotros creemos (Noi credevamo) - 24 octubre






Noi credevamo
Dirección: Mario MartoneGuión: Mario Martone y Giancarlo De CataldoPaís: Italia Año: 2010Fotografía en color: Renato Berta 
Música: Hubert WestkemperEdición: Jacopo QuadriCon: Luigi Lo Cascio, Valerio Binasco, Toni Servillo, 
Francesca Inaudi, Luca Barbareschi, Luca Zingaretti, Guido CaprinoProducción: Conchita Airoldi, Carlo Degli Esposti, 
Giorgio Magliuolo, Patrizia Massa.Duración: 204 min.

Presentada en los festivales de cine de Venecia y Pusán, este fresco histórico se vale de tres jóvenes amigos idealistas que se unen a las tropas de Giuseppe Mazzin en 1828, para recrear las distintas etapas a través de las cuales se llevó a cabo el Risorgimento, proceso revolucionario que llevó al nacimiento de la nación italiana. El resultado es una superproducción alterna el drama personal y familiar con el de una nación entera que engloba tanto a libertadores como a traidores por igual.

La pasión (La passione) - 23 octubre





La passione
Dirección: Carlo Mazzacurati
País: Italia
Año : 2010
Guión: Marco Pettenello, Doriana Leodeff, Umberto Contarello y Carlo Mazzacurati
Fotografía en color: Luca Bigazzi 
Edición: Clelio Benevento
Con: Silvio Orlando, Giuseppe Battiston, Corrado Guzzanti, 
Cristiana Capotondi, Stefania Sandrelli, Kasia Smutniak, Maria Palato
Producción: Domenico Procacci
Duración: 105 min.

Luego de muchos años sin un solo éxito de taquilla, un cineasta frustrado se encuentra ante un par de disyuntivas: la oportunidad de hacer un telefilme con una estrella exitosa para quien no encuentra un argumento adecuado y el filmar obligadamente una representación de la Pasión de Cristo en la Toscana si no quiere pagar los daños irreparables que provocó accidentalmente a un fresco del siglo XVI. Una comedia de enredos en la cual el protagonista busca su redención antes de que sea demasiado tarde.

De mala gana (Malavoglia) - 22 oct





MALAVOGLIA
Dirección y Producción: Pasquale Scimeca
Países: Italia
Año: 2010
Guión: Pasquale Cimeca y Tonino Guerra  
Fotografía en color: Duccio Cimatti
Música: Alfio Antico
Edición: Francesca Bracci
Con: Antonio Curcia, Gliseppe Firullo, Omar Noto, Doriana La Fauci, 
Greta Tomasello, Giovanni Calcagno, Vincezo Albanese
Duración: 94 min.
Distribución: Cinecita Luce

La familia siciliana Malavoglia se dedica a la pesca desde hace cientos de años. 
Sin embargo, la inesperada muerte del patriarca provoca que el clan se resquebraje poco a poco. 
Quedará entonces en manos del hijo mayor el destino de todos los suyos. 
La difícil realidad social de Sicilia y sus habitantes es la médula de esta emotiva 
saga familiar, escrita por Tonino Guerra, otorga guionista de Fellini, y que participó en los festivales internacionales de Pusán, Toronto, Londres y Venecia.

GIRO DI CINEMA ITALIANO del 21 al 27 de octubre- Gorbachov







Gorbaciof
Dirección: Stefano Incerti
País: Italia
Año: 2010
Guión: Stefano Incerti y Diego de Silva
Fotografía en color: Pasquale Mari
Música: Teho Teardo
Edición: Marco Spoletini
Con: Toni Servillo, Mi Yang, Geppy Gleijeses, 
Gaetano Bruno, Hal Yamanouchi, Antonio Buonomo, 
Agostino Chiummariello.
Producción: Luciano Martino, Edwige Fenech, 
Massimo Vigilar, Angelo Cinema, Teatri Uniti.
Duración: 85 min.
Distribución: Cinecittá Luce



Presentando en festivales como la Muestra Internacional de Cine en Venecia y el Festival Internacional de Cine de Toronto, éste filme es la crónica de un descenso a los infiernos del crimen organizado por parte del solitario contador de una penitenciaría. Apodado “Gorbachov” a causa de una notoria mancha en la frente, el protagonista de este filme comete un enorme desfalco con tal de salvar de la prostitución a una joven que ama en secreto, sin pensar en las terribles consecuencias de esta acción.

Publi Milenio, Oct 2011


Un vistazo al iCloud de Apple


STATE OF THE ARTUn vistazo al iCloud de Apple
David Pogue
17 Oct. 11

El miércoles, iCloud cobró vida.

Este nuevo servicio es la más reciente encarnación de lo que ha sido llamado iTools, luego .Mac y, finalmente, MobileMe.

Hay tres buenas noticias relativas al iCloud.

Primero, es gratuito (MobileMe costaba 100 dólares anuales).

Segundo, hace más que este último.

Tercero, es sólido. Como una roca. Sería comprensible que quisiera evitarlo; mucha gente recuerda la pérdida de datos y demás traspiés de MobileMe en sus inicios pero, esta vez, parece que Apple dio en el clavo.

¿Qué es entonces iCloud?

· Un servicio de sincronización: Mantiene su agenda, lista de contactos y demás documentos actualizados e idénticos en todos sus dispositivos: Macs, PCs, iPhones, iPads, iPods Touch. En otras palabras, más o menos lo que hacía MobileMe.

Es sumamente práctico. Modifique, agregue o borre una cita o la dirección de un contacto en uno de sus dispositivos y el cambio se refleja instantánea, inalámbrica y automáticamente en todos los demás.

iCloud también incluye una cuenta de correo electrónico gratuita con terminación @me.com. Igual aquí: borre un mensaje en uno de los dispositivos y lo hallará en la carpeta Elementos Eliminados en otro. Si envía un mensaje desde su iPad, lo encontrará en la carpeta de Elementos Enviados de su Mac. Y así sucesivamente.

Algunos programas están disponibles para más de una máquina, entre ellos la suite iWork de Apple (Numbers, Pages, Keynote). Esos programas existen para Mac, iPhone/iPod Touch e iPad. Dado lo anterior, puede crear o editar un documento en una de estas máquinas y ver maravillado cómo iCloud lo sincroniza automáticamente con sus demás dispositivos. (Bueno, más o menos: si crea o edita un documento en un iPhone/iPad/ Touch, aparecerá en el sitio iCloud.com para ser manualmente descargado por su Mac; el traslado no es automático. Similarmente, tendrá que "subir" manualmente estos archivos a iCloud.com antes de poder transferirlos a sus iDispositivos).

· Un locker en línea: Cualquier cosa que compre de Apple -música, programas televisivos, libros electrónicos y apps- se almacena en línea para ser fácilmente accesible en cualquier momento. Por ejemplo, cada vez que compra una canción o un programa de televisión en la tienda iTunes en línea, puede aparecer automáticamente en sus iDispositivos y computadoras. O puede volverlos a descargar de manera manual y gratuita en cualquier momento.

· Un "Photo Stream": Cada vez que una nueva fotografía entra en su vida -cuando capta una toma con un iPhone/iPad/ Touch, por ejemplo, o importa una desde una cámara hasta su computadora- se agrega a una carpeta especial bautizada Photo Stream (Flujo fotográfico). Es decir que aparece automáticamente en todas sus demás máquinas enlazadas con iCloud: iPhone, iPad, Touch, Mac, PC y Apple TV.

Ahora bien, su iDispositivo dista mucho de tener tanta capacidad de almacenamiento como su Mac o PC; aún no existe una iPad con 750 gigabytes de almacenamiento. Ésa es la razón por la cual, en su iDispositivo, su Photo Stream sólo consta de sus últimas mil fotos.

En un iDispositivo, una vez que llega una foto, puede copiarla a su "Rollo Fotográfico", donde queda permanentemente almacenada.

Ésta resulta ser una de las mejores características que ofrece el mundo iCloud, porque significa que no tiene que sincronizar su iPhone con un cable USB para transferir sus fotos a su computadora. Todo se hace automáticamente, de forma inalámbrica vía Wi-Fi.

También es una excelente manera de mandar fotos al revés, es decir desde su Mac o PC. Puede arrastrar las fotos deseadas a su carpeta Photo Stream y, pasmado, observar cómo aparecen en su iDispositivo.

La única cosa extraña es que, con tal de preservar su simplicidad, Apple diseñó Photo Stream para que operara de forma literal y rígida. Cada foto que entra en su flujo sanguíneo fotográfico se vuelve parte de Photo Stream. No puede escoger cuáles. Y, de forma más alarmante, no puede borrar ninguna. Todas sus fotos desastrosas, borrosas y escandalosas se vuelven parte del flujo y, por lo mismo, se propagan en todos sus dispositivos enlazados con iCloud. Mala noticia para los políticos. (Si acaso algo desafortunado entra en su propio flujo de fotos, puede visitar iCloud.com y emplear la función Reiniciar Photo Stream. Asegúrese de desactivar y reactivar también Photo Stream en cada dispositivo, para que se "percaten" de que el Photo Stream está nuevamente vacío).

Una cuenta de iCloud gratis ofrece 5 gigabytes de almacenamiento en línea. Por fortuna, cualquier cosa que uno compre de Apple como música, apps, libros y programas de televisión no cuentan para esa cantidad de 5 gigas. Ni tampoco las fotos del Photo Stream. (Puedes expandir el almacenamiento si los 5 gigas le parecen limitantes, a 2 dólares por gigabyte al año. Así que pagará 20, 40 ó 100 dólares anuales por 10, 20 ó 50 gigas extras. Se puede mejorar el almacenamiento directamente desde su iGadget o computadora.)

Esto puede sonar como muchas cosas y mucha complejidad. Y lo es. (Por supuesto, uno elige qué características quiere utilizar o puede uno ignorarlas todas y no contratarlas).

No obstante, eso no es nada comparado con la complejidad que debe haber estado involucrada en la creación de todo esto para que funcione a la perfección desde el primer día. Imagínese nada más la carga sobre los servidores de Apple cuando sus 300 millones de clientes de iGadgets y Macs descendieron al mismo tiempo en el iCloud el miércoles. (Actualización: de hecho, algunas personas sí tuvieron problemas de correo electrónico en iCloud el jueves).

Pero, en resumidas cuentas, esas nubes son nubarrones de oro. La sincronía de la agenda de contactos y el calendario es esencial. El Photo Stream es fantástico, pues nunca tiene uno que maldecir el hecho de que alguna foto estupenda esté atorada en otra máquina (aunque quisiera que hubiera una manera de borrar fotos individuales).

¿Y todo esto es gratis?

¿Qué puedo decir? Es una semana de gran éxito para Apple.

domingo, 16 de octubre de 2011

MILENIO Diario, colaboración III





MILENIO Diario, colaboración II





MILENIO Diario, colaboración


Jobs, diseño, Conaculta 10

NOCHE Y DÍA
Sergio González Rodríguez
15 Oct. 11


Arquitectura, implementación y realización implican las fases del diseño a decir de Frederick P. Brooks, a quien se debe el sistema operativo 360 IBM, precursor de la gran revolución del diseño digital de la segunda mitad del siglo 20, cuyo clímax es la genialidad del recién fallecido Steve Jobs. Detrás de aquello, se hallan tres conceptos: unidad, economía, claridad.

Brooks afirma en su libro The Design of Design (Wisley, 2010) que los mejores productos de diseño no sólo trabajan bien, sino que deleitan a quien los usa o experimenta, sean puentes, sonatas, circuitos, bicicletas, computadoras, iPhones o iPads. Detrás de cada uno, persiste una perspectiva de integridad y sinergia, cuya percepción inmediata es el sentido de la belleza.

La aportación de Steve Jobs fue aplicar dentro de la esfera de la vida y el ámbito cotidiano las profundas transformaciones tecnológicas y culturales de la época. Una línea de talento creativo que le une a Edison, Ford, Tesla, Brooks y algunos otros de importancia análoga.

Frente a las posibilidades materiales, para el diseñador la parte más difícil del diseño es qué diseñar. En el fondo, está la capacidad de distinguir qué, cómo, por qué, para qué.

El iPad de Steve Jobs se ha convertido en el emblema de la ultracontemporaneidad. Un artilugio o tableta cuya función comunicativa ofrece prestaciones múltiples ante sistemas y subsistemas de enlace personalizado que impactan en actividades productivas (empresariales, burocráticas, profesionales, civiles
o de consumo) y en prácticas
de ocio, entretenimiento, o prospección informativa, por ejemplo, como indicador de proveeduría de servicios. En esta línea ha prosperado el ramo de las aplicaciones.

Resulta interesante observar que, en México, el uso del iPad ha despuntado más allá de las expectativas iniciales, que estimaban como techo cerca de 150 mil unidades. Ahora se espera que el comportamiento de ventas del aparato se aproxime a aquella correlación de usos tecnológicos que apunta lo siguiente: en México hay un índice de consumo tecnológico equivalente al 10 por ciento del que acontece en Estados Unidos.

Es decir, si allá se calcula que en el segundo semestre de 2011 se venderán entre 15 y 20 millones de iPads, aquí habrá quizá cerca de un millón vendidos en un plazo próximo.

Las aplicaciones comunicativas para el iPad son una apuesta de vanguardia que, en México, apenas comienza a explorarse y, por desgracia, al menos en ciertos ámbitos institucionales, se le da una atención muy lejana respecto de la que merece. Éste es el caso de la excelente aplicación Conaculta 10, que a pesar de proponer un diseño excepcional y ofrecer servicios actualizados de información sobre la cultura mexicana, las autoridades respectivas insisten en mantenerla a la sombra mientras divulgan otros asuntos menos estratégicos. Hoy en día, plataformas como el iPad son determinantes en la confluencia global entre turismo y cultura.

Conaculta 10 ofrece de manera gratuita a los usuarios de iPad contenidos sobre entretenimiento, sensibilidad, consumo y turismo cultural, y distingue lo más creativo a través de formulaciones atrayentes en términos visuales y gráficos. Así, se considera al público como un interlocutor crítico e interactivo. 


Conaculta 10 participa en cada entrega de un modelo formativo e informativo que trasciende el concepto simple de cartelera para configurar un producto cinemático y de diseño textual y visual de alta competencia y calidad. Es una lástima que, hasta el momento, sus patrocinadores institucionales mantengan tan poco interés en apreciar y divulgar la valía de Conaculta 10. Dar la espalda a lo que vale para favorecer conveniencias efímeras, es otro de los graves defectos institucionales en México.

La vida después de Jobs

Pronóstico del Clímax   Xavier Velasco

Admirado Steve,


Para empezar, me temo estar un poco tarde con la presente. A estas alturas deben de haberse publicado miles de toneladas de papel en torno a cuanto usted hizo de bueno sobre la Tierra. Lejos estoy, por tanto, de pretender la originalidad, y hasta por el contrario: permítame que sea lo bastante ordinario para dejar de lado sus numerosos méritos profesionales y centrarme en aquello que nos une. Si usted ha sido en vida la clase de persona que sospecho, preferirá tal vez que le evite el bochorno de la hagiografía y me concrete a hablar de su obra más concreta. Es decir, sus productos. Quiero que la presente quepa dentro de ese buzón de quejas y comentarios al que la gente suele acudir presurosa de hacer notar su desacuerdo, decepción o furibundia, cuando no a descargar sus frustraciones mediante un bombardeo indiscriminado de toda estofa de respingos e invectivas.


Escribo estas palabras en un cuarto de hotel, con el auxilio de una MacBook Pro de 2007 y un teclado inalámbrico de la misma marca. A la computadora se halla enchufado un iPhone 4 en proceso de carga y allá lejos, conectado al aparato de sonido, mi iPad hace sonar un álbum de Chico Buarque. Cierto, podría viajar sin la computadora, pero pasa con ella lo que con la tableta y el teléfono: por más que sus funciones parezcan redundantes (en extremo rigor, me bastarían teléfono y teclado para hacerlo todo), cada uno de estos sofisticados y sin embargo simples aparatos se ha ido entrometiendo en mis diarios quehaceres hasta volverse una suerte de prótesis. Desde que se incrustaron en mi vida, es raro el día en que prescindo de ellos, y por cierto más rara todavía ha sido la ocasión de quejarme. Hasta hoy, los tres se entienden como si fueran uno y sólo fallan muy de vez en cuando, en cuyo caso lo común es que baste con apagarlos y encenderlos para que vuelvan prontamente a lo suyo y me dejen seguir viviendo en paz.


Hago memoria y aún me doy de topes por todas esas noches en que me fui a dormir de madrugada, derrotado por la diaria amargura de la tecnología disfuncional. Unas veces vagando por la red en busca de quiméricos “controladores” que según los avisos del sistema tenía que instalar, otras pasando por un parto de chayotes para hacer que el sonido volviera a funcionar, y otras muchas maldiciendo mi suerte porque al fondo de una pantalla azul se me informaba que el inepto armatoste recién había entrado en algo así como un colapso nervioso, solamente en escasas ocasiones conseguí irme a la cama henchido de ese orgullo ramplón que experimentan quienes han conseguido resolver el problema y es como si acabaran de matar un tigre a cachetadas.


De la Televideo barata y primitiva a la Compaq lustrosa y cuchipanda, de la Olivetti linda y tortuguesca a la Vaio arrogante y confusa, cada una de mis computadoras precedentes me acostumbró a sus límites, tanto que la zozobra tecnológica se hizo parte del pan de cada día. Ninguna de ellas, sin embargo, logró habituarse a la neurosis del usuario pues siempre que la prisa me llevaba a pedirles que hicieran varias cosas al mismo tiempo, el resultado era un nuevo colapso, y por ende un retraso contraproducente pues había que esperar a que el aparatejo resucitara una vez apagado, o intentarlo uno mismo mediante el terrorífico “modo a prueba de errores”. De sólo recordarlo, me provoco una mezcla de piedad y grima. ¿Por qué no cambié antes de sistema? Llámelo orgullo hueco, pánico atávico, ignorancia supina o pereza mental, lo cierto es que sufrí mientras me dio la gana.


Imposible olvidar el día que fui a embarcarme con la MacBook. Y más que el día, las semanas que siguieron. Tras unas cuantos breves desencuentros, casi todos resueltos merced al puro sentido común, el artilugio me instalaba en un mundo tan sensato que ya sólo por eso me parecía prodigioso. ¿O acaso no es prodigio que exista una ventana de la realidad donde todas las cosas funcionan como deben? ¿Para qué existe el arte, finalmente, sino para dar vida a ese espacio ficticio donde la realidad se exhibe corregida y aumentada? Podría ir adelante con estas impresiones, pero seguramente acabaría por emular a sus apóstoles y evangelistas y hoy no quisiera ser más que el consumidor que narra su experiencia al fabricante.


Si me diera por ponerme exigente, le diría que el quemador de dvds podría ser de mejor calidad —van dos veces que truena, la segunda fuera de garantía—, pero como le he dicho soy un consumidor que ha sufrido maltrato continuado y sé sobrevivir aun a pesar de achaques, cojeras y carencias, de los cuales usted y sus productos me han provisto en muy pocas ocasiones. Si he de abundar un poco, debo también confiarle que hay días en que ustedes consiguen asustarme, como cuando me queda la impresión de que van muy deprisa y desdeñan al pasado inmediato con una ligereza que parece arrogante... hasta que vuelve uno a morder la manzana, se pone al día y el idilio recobra su curso.


Quiero decir, Steve, que en cinco años no he hecho sino comprarle todo cuanto quiso venderme, y tan lejos estoy de haberme arrepentido que en caso de perder esos juguetes me vería obligado a reemplazarlos. Me he acostumbrado a funcionar con ellos, y a delegar en ellos las cuestiones cotidianas que comúnmente tienden a complicarse para quienes vivimos en la luna. A diferencia mía, pueden hacer más de una cosa al mismo tiempo, y de paso pensar en no sé cuantas otras sin por ello aturdirse ni agobiarme. Todo lo cual, después de estos cincuenta y tantos meses, ha terminado por hacerme inmune a la publicidad de su competencia. En lo que a mí respecta, es como si vendieran tractores.


Son legión quienes hablan ahora de la forma en que usted transformó al mundo, por eso he preferido relatarle cómo fue que cambió mi percepción del mundo. En unos pocos años he pasado, al igual que millones clientes suyos, de usuario satisfecho a consumidor agradecido y poco menos que incondicional. No sé si venga al caso hablar de una revolución planetaria, pero justo es decir que en su caso los medios justifican enteramente al fin. Y eso es tanto como volver a inventar la palabra revolución. Tache, pues, la palabra “admirado” al inicio de esta carta y escriba en su lugar “querido”, dondequiera que esté.