Los perversos es un filme complejo y bestial, con una trama intrincada y plagada, además, de espinosos temas de dimensión moral. La perversión, invitada permanente en las películas de Denis, no sólo en su vertiente sexual, sino en casi cualquier acepción ocupa, como el título en español evidencia, un lugar preponderante en esta historia. Perversos son no únicamente a quienes obviamente hace referencia el filme; todos los involucrados lo son, de una u otra forma.
Vicent Lindon es Marco, un marinero que regresa a París al ser enterado del suicidio de su mejor amigo y cuñado. Progresivamente irá advirtiendo, al tiempo en que enamora a su hermosa vecina, Raphaëlle (Chiara Matroianni), del grado de implicación de su esposo en la catástrofe que infligió a la familia de su hermana. Desde la secuencia inicial, sugestiva con toques oníricos y líricos, la realizadora francesa imprime el tono enigmático, con toques de thriller, que desarrollará a lo largo de este valiosa película, en la que la cámara siempre está inquietantemente próxima a los personajes, y la habitual música de los Tindersticks ilustra la ambigüedad de todo cuanto atestiguamos.
Los perversos es infinitamente superior a varias de las cintas que compitieron por la Palma de Oro en Cannes, a pesar de haber sido relegada a la Quincena de los Realizadores.
EF
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