miércoles, 31 de julio de 2013

Only God Forgives el Soundtrack




Sobra mencionar la polémica y opiniones encontradas que rodean a Only God Forgives (2013), la más reciente cinta del aclamado, pero no menos criticado director Nicholas Winding Refn (Dinamarca, 29 de septiembre, 1970), protagonizada por Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas y Vithaya Pansringarm. El thriller, situado en Bangkok, Tailandia, ha resultado particularmente controversial; algunos lo describen como un inquietante acercamiento a la violencia (incluso a la misoginia) aún más descarnado que el de su predecesoraDrive (2011), otros lo tachan de aburrido y repetitivo, mientras que algunos lo consideran estéticamente perfecto. La extraña pesadilla llena de venganza y luces neón conlleva múltiples dualidades: una innegable curiosidad entre el público que no la ha visto y reacciones viscerales en el que ya la vio. Tanto los abucheos como las  ovaciones de pie que la película del danés ha recibido, reiteran la naturaleza conflictiva de sus obras y un deseo exacerbado por hacerle la competencia a su compatriota Lars von Trier como el niño terrible del cine europeo.

Winding Refn, como su ahora actor fetiche, Ryan Gosling, es un ávido entusiasta de la música electrónica y un gran maestro en el uso del sonido. Después del éxito de la musicalización de Drive, no extraña que una vez más se reuniera con Cliff Martínez para entregar una banda sonora igual de envolvente e irresistible que la anterior, llena de altibajos emocionales, aunque con una atmósfera notablemente más siniestra y oscura, que a momentos recuerda los paisajes sonoros presentes en cualquier historia de David Lynch, pero que también rompe la tensión y emerge con un carácter feroz y lleno de ira, evocando las influencias asiáticas del contexto de la cinta con  melodías que exploran un romanticismo sombrío. El soundtrack de Only God Forgives es un conjunto bien logrado de emociones perturbadoras, intrigantes y alucinantes, afines a las temáticas de venganza, violencia y amor retorcido del filme. Como otros trabajos de Martinez, el score mantiene una cualidad sintética e inclusive industrial, que bien podría ser parte de una película de ciencia ficción, aunque escucharlo represente adentrarse en una tragedia perversa, en un duelo sangriento en búsqueda de venganza.

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