El caballo de Turín
Se cuenta que Friedrich Nietzche, ya desquiciado, en una visita a Turín se abrazó a un caballo que era aporreado por su dueño tras ponerse rejego. Tarr y Krasznahorkai un día se preguntaron qué habría pasado con ese caballo e imaginaron la historia. El caballo es el único medio de sustento de un padre y su hija, pero está viejo y pronto ya no les servirá. La consciencia sobre ese final es el eje dramático de esta película, que además llega con la leyenda de que será la última que Béla Tarr filme.
Dir: Béla Tarr y Ágnes Hranitzky
País: Hungria-Francia-Alemania-Suiza-EUA
Año: 2011
Guión: Béla Tarr y László Krasznahorkai
Fotografía: Blanco y Negro
Música: Mihály Víg
Edición: Ágnes Hranitzky
Con: Janós Derzsi (Ohlsdorfer), Erika Bók (la hija de Ohlsdorfer), Mihály Kormos (Bernhard).
Prod: Gábor Téni
Duración: 146 mins.
Clasificación: B
Declaración del director:
El caballo de Turín se trata del peso de la existencia humana. De cómo es difícil vivir la vida diaria y de la monotonía de la vida. No queríamos hablar de la mortalidad ni de nada general. Sólo queríamos ver lo difícil y terrible que es tener que ir todos los días al pozo a traer agua, en verano, en otoño... Todo el tiempo. La repetición diaria de la misma rutina hace posible mostrar que algo está mal. Es algo simple y puro.
El caballo de Turín se trata del peso de la existencia humana. De cómo es difícil vivir la vida diaria y de la monotonía de la vida. No queríamos hablar de la mortalidad ni de nada general. Sólo queríamos ver lo difícil y terrible que es tener que ir todos los días al pozo a traer agua, en verano, en otoño... Todo el tiempo. La repetición diaria de la misma rutina hace posible mostrar que algo está mal. Es algo simple y puro.
Béla Tarr
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